¿Qué debemos tener en cuenta ante una posible agresión por sumisión química?

En los últimos meses, concretamente desde la celebración de los Sanfermines en julio de este año 2022, ha habido un incremento en la denuncias realizadas por mujeres que afirman haber sentido un pinchazo en alguna zona de su cuerpo, un método que se lleva utilizando en Reino Unido desde hace más de un año y que ha ido haciendo un recorrido por Europa hasta llegar a España. Este no es un método novedoso, de hecho, el primer caso se dio hace un año aproximadamente en la isla de Ibiza. Pese a ello, no ha sido hasta este verano el momento en el que ha saltado una gran alarma social en nuestro país debido al aumento del volumen de casos.

Diferencia entre agresión sexual y abuso sexual
Para describir estos casos con exactitud en primer lugar debemos entender la diferencia entre agresión sexual y abuso sexual, donde la agresión sexual supone el uso de violencia e intimidación forzando a la víctima que realice un acto de índole sexual y en el caso de abuso sexual se produce cuando alguien atenta contra la libertad sexual de otra persona sin utilizar la violencia e intimidación, por ejemplo, la sumisión química.

Pero, ¿para qué utilizan este método?

Los posibles agresores sexuales que recurren a la sumisión química, lo hacen porque consideran que de este modo es más efectivo cometer el acto delictivo, puesto que la víctima quedaría indefensa anulando su propia voluntad.


¿Es real este método?

Pues estamos ante una alarma social, es decir, a pesar de ser un método utilizado para robar y agredir sexualmente a mujeres, como hemos podido ir viendo a lo largo de este mes y medio, el resultado en la mayoría de los casos está siendo también crear un pánico extendido entre las mujeres que frecuentan lugares de ocio como discotecas, conciertos o festivales, entre otros… Espacios donde se concentran gran número de personas y que dificultan la posibilidad de identificar al posible agresor. Esto lo ha mencionado la ministra de Justicia, Pilar Llop, manifestando que este tipo de situaciones, que se están produciendo prácticamente a diario, pueden suponer un delito de lesiones
con la agravante de género debido al miedo que está repercutiendo en la sociedad femenina, un hecho constatado.

En el caso de sumisión química, esta no aparece regulada expresamente en el propio Código Penal, pero sí estaría recogido y contemplado en su artículo 181 lo siguiente:

  1. El que, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado, como responsable de abuso sexual, con la pena de prisión de uno a tres años o multa de dieciocho a veinticuatro meses.
  2. A los efectos del apartado anterior, se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto.
  3. La misma pena se impondrá cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose el responsable de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima.
  4. En todos los casos anteriores, cuando el abuso sexual consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías, el responsable será castigado con la pena de prisión de cuatro a diez años.


Por lo tanto, a pesar de que el propio Código Penal no establece una agravante para la sumisión química, porque estaría anulada la voluntad de la víctima, lo cual, no es necesario usar la fuerza ni la intimidación, en este caso, como hemos mencionado, estaríamos ante un delito de abuso sexual y no como agresión sexual.

En el caso de haber sufrido una posible agresión o abuso sexual, ¿qué debo hacer?

·El primer paso es no sentir miedo y acudir a un centro médico lo antes posible. El examen a realizar debe seguir el protocolo legal estricto, a través del cual un médico forense especializado en la materia pueda realizar las pruebas pertinentes y no rompa la cadena de custodia de dichas muestras, ya que en el caso de haber sufrido una posible agresión bajo sumisión química, se reduce la posibilidad de obtener una prueba fehaciente, desapareciendo la sustancia tóxica en sangre en unas 6 horas aproximadamente y 12 horas aproximadamente a través de la orina, por lo que dificulta la existencia de este tipo de sustancias.
·En segundo lugar, interponer una denuncia en las dependencias policiales o, pudiendo estos desplazarse al centro médico, allí mismo facilitando el trámite para la víctima. También existe la posibilidad de que acuda un familiar en tu nombre facilitando tus datos para iniciar la investigación policial, concluyendo con un informe médico y así tramitar la posible identificación del agresor.
·En tercer lugar, la asistencia jurídica es importante para ampliar el relato y así intentar aportar de forma minuciosa todos los detalles que puedan ayudar en el proceso judicial. Además, en los casos en los que exista un sospechoso y fuere detenido, para ayudar a la víctima a iniciar la práctica de reconocimiento. Este procedimiento no asegura una sentencia condenatoria, pero si aumentan las posibilidades de poder iniciar un procedimiento judicial e ir a juicio.


De cualquier modo, en nuestro bufete tenemos profesionales especializados en esta materia, como abogados penalistas además de una criminóloga experta, entro otras ramas, en delitos de carácter sexual, quien estudia cada detalle que se obtiene del caso, además de proceder a la investigación pertinente y a una acusación adecuada.

Recuerda, estamos a tu disposición en el 966 276 171 o a través de nuestras redes sociales.

Artículo escrito por Aixe S. Almeida

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