Cada año, la Agencia Tributaria refuerza su vigilancia sobre las personas que declaran no ser residentes fiscales en España, pero mantienen vínculos económicos, familiares o patrimoniales en nuestro país. En 2025, este control se ha intensificado notablemente, con nuevas herramientas tecnológicas y cruces de información internacional que permiten detectar con mayor precisión dónde vive y tributa realmente cada contribuyente.
¿Qué significa ser residente fiscal en España?
La residencia fiscal no depende únicamente de dónde se tenga el domicilio declarado, sino de varios criterios que establece la ley. Según la normativa española, una persona se considera residente fiscal en España si cumple cualquiera de las siguientes condiciones:
- Permanece más de 183 días durante el año natural en territorio español.
- Radica en España el núcleo principal o la base de sus actividades o intereses económicos, directa o indirectamente.
- Residen habitualmente en España el cónyuge o los hijos menores dependientes del contribuyente.
Cumplir cualquiera de estos supuestos supone estar obligado a declarar en España la renta mundial, es decir, los ingresos obtenidos tanto dentro como fuera del país.
Mayor intercambio de información internacional
La Administración Tributaria española participa en acuerdos de intercambio de información con más de un centenar de países. Esto permite cruzar datos bancarios, patrimoniales y de inversión en tiempo real. Así, personas que declaran ser no residentes pero mantienen cuentas, inmuebles o inversiones en España pueden ser objeto de revisión o requerimiento.
En 2025, además, la Agencia Tributaria ha incorporado nuevas fuentes de información digital: movimientos de tarjetas, registros de vuelos, estancias hoteleras o incluso la geolocalización derivada de determinados servicios digitales. Todo ello forma parte del Plan de Control Tributario y Aduanero, que persigue evitar la elusión mediante falsas residencias fiscales en el extranjero.
Consecuencias de una residencia fiscal mal declarada
Declararse no residente sin serlo puede acarrear importantes consecuencias: regularizaciones de impuestos no pagados, sanciones, intereses e incluso derivaciones de responsabilidad. También puede afectar a los derechos a deducciones o beneficios fiscales que solo aplican a residentes.
Por ello, es esencial contar con un asesoramiento especializado que analice cada caso y determine correctamente dónde se deben cumplir las obligaciones tributarias.
Recomendaciones para quienes se trasladan o pasan parte del año fuera de España
- Registrar adecuadamente los cambios de residencia y comunicarlo a las autoridades tributarias tanto españolas como del país de destino.
- Conservar documentación acreditativa (billetes, contratos, recibos, certificados de empadronamiento, etc.) que pruebe la residencia efectiva.
- Evitar mantener vínculos económicos predominantes en España si realmente se desea trasladar la residencia fiscal a otro país.
En Chapapria, Navarro y Asociados, contamos con un equipo de asesores fiscales y expertos en contabilidad especializados en residentes extranjeros en España. Nuestro compromiso es velar porque cada cliente esté al día de todas sus obligaciones fiscales, presentando todos los impuestos necesarios y garantizando una gestión contable rigurosa, tanto para personas físicas como para sociedades.