Visitar el perfil de TikTok de la expareja puede suponer la comisión de un delito de quebrantamiento de condena

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Badajoz ha condenado a un hombre a cuatro meses de prisión por violar la orden de alejamiento al visitar el perfil de TikTok de su expareja.

Previamente había sido condenado por un delito de coacciones, lo que incluía una prohibición estricta de acercarse o comunicarse con la víctima por cualquier medio durante dos años.

No obstante, el hombre dos meses después de haber sido condenado, accedió deliberadamente al perfil de TikTok de su expareja, sabiendo que la aplicación notifica automáticamente al usuario cuando alguien revisa su perfil. Este acto, aunque no implicó interacción directa como mensajes o “likes”, fue considerado un intento de invasión del espacio personal de la víctima.

Anteriormente, en Castellón, un hombre fue condenado por el Juzgado de lo penal n º2, a ocho meses de prisión por solicitar amistad a su expareja en TikTok, mientras que, en Vigo, se condenó a otro hombre a una pena de once meses por dar un “like” a una publicación de su excompañera.

Todas estas resoluciones suponen la apertura del debate acerca de la distancia en el mundo digital.

Pero ¿Qué constituye un quebrantamiento de condena?

Según el artículo 468 del Código Penal cualquier forma de comunicación no autorizada, ya sea directa o indirecta, se considera un delito de quebrantamiento de condena, castigado con la pena de prisión de seis meses a un año si estuvieran privados de libertad, y con la pena de multa de doce a veinticuatro meses en los demás casos.

Esta comunicación no solo incluye mensajes o llamadas, sino también gestos simbólicos como enviar flores o interactuar en redes sociales.

Acciones que puedan parecer inocuas, como mirar el perfil de una expareja, pueden ser consideradas como intentos de mantener el control o el miedo sobre la víctima.

En el entorno digital que nos rodea están proliferando nuevas formas de acoso y abuso, de modo que las medidas legales deben evolucionar para abordar estas situaciones y establecer un sistema más rígido para proteger a las víctimas de violencia de género.